Desarrolla tus puntos fuertes según el maestro de los negocios
Tu desarrollo como individuo implica la mejora de tus fortalezas y descubrir la forma de minimizar tus debilidades. Hace poco estuve leyendo las enseñanzas de Peter Drucker, al que muchos consideran el padre de la gestión empresarial moderna.
De hecho, a lo largo de su vida, Drucker escribió 39 libros y produjo innumerables columnas de prensa, ensayos y películas educativas sobre la gestión corporativa, ejerciendo también labores educativas en la universidad.
Estos son los consejos (lógicamente muy resumidos) que nos proporcionan los escritos y enseñanzas de Drucker sobre cómo puedes desarrollar tus puntos fuertes.
Reconoce la necesidad de mejora
Antes de que puedas empezar a desarrollar tus fortalezas, debes admitir que necesitas mejorar. La seguridad en uno mismo es estupenda, pero una de las desventajas de tener mucha autoconfianza es la sensación de que ya estás en tu máximo nivel y no hay espacio para mejorar.
El primer paso es reconocer que todos podemos mejorar en algo, lo cual no implica que se haga mal. Simplemente significa que puedes hacerlo mejor.
Incluso si crees que has tocado techo, todavía puedes esforzarte más y llegar más alto.
Tienes que estar dispuesto a mejorar, y poseer una base sobre la que trabajar. Esta base puede ser un talento, o quizá conocimiento que has obtenido a través de la experiencia.
No trato de desanimar a nadie a la hora de aprender nuevas aptitudes. Obviamente, empezar desde cero es posible, pero lleva más tiempo que mejorar algo en lo que ya eres bueno o para lo que tienes una habilidad natural.
Y cuanto más talento poseas en algo, más podrás progresar. Pongamos por ejemplo que tienes una habilidad natural para vender y te puntuarías con un 6 sobre 10 como comercial. Podrías llegar fácilmente a una puntuación de 9 o incluso de 10.
Pero si no tienes mucho talento natural para las ventas (por ejemplo, solo un 3/10) posiblemente solo seas capaz de llegar a un nivel de 7/10.
Por tanto, céntrate en la que eres bueno de forma natural.
Muchas personas no son conscientes de sus debilidades y, por tanto, pueden creer que no necesitan mejorar en nada o que no necesitan asistencia a la hora de ocuparse de sus puntos débiles.
Para ayudarte a identificar tus fortalezas y debilidades, habla con alguien en quien confíes y que te pueda proporcionar una
opinión sincera. Escucha lo que tenga que decirte con la mente abierta y abstente de interpretar sus comentarios de forma negativa. Tienes que verlo como una experiencia educativa y como una oportunidad de abordar las áreas que necesitan de una mejora.
Concéntrate en tus fortalezas en vez de en tus debilidades
En un primer momento esto puede parecer contradictorio. Si no dedicas tu energía a afrontar tus debilidades, ¿cómo vas a eliminarlas y ser competente en estas áreas?
Si piensas en términos de aprender a tocar un instrumento, si
haces algo realmente bien (por ejemplo, cambiar de acorde en una guitarra) pero no puedes hacer otra cosa (como hacer un punteo), tienes que practicar aquello que no sabes hacer para eliminar la debilidad y ser un mejor intérprete.
Sin embargo, lo que funciona a la hora de aprender a tocar un instrumento no siempre se aplica al desarrollo personal. Drucker dice que es mejor concentrarse en aquello que haces bien para que así te puedas convertir en un experto. En vez de ser bueno en varias cosas, concentra toda tu atención en ser el mejor en una sola cosa.
Esto plantea la siguiente pregunta: ¿qué debería hacer con las debilidades?
Elimina tus debilidades a través de la asociación
Obviamente, no puedes ignorar tus puntos débiles. Tienes que encontrar una manera de eliminarlos, pero es posible hacerlo a través de la asociación con otras personas. Si eres realmente bueno en A, pero te cuesta B, encuentra a alguien que sea excelente en B, pero que necesite ayuda con A. Cada uno se concentra en lo que mejor sabe hacer, dejando que el otro se ocupe de la debilidad.
Pongamos un ejemplo del mundo real: muchos emprendedores, cuando comienzan un nuevo negocio, tratan de hacerlo todo por sí mismos. Pero, incluso aunque
sean muy buenos a la hora de encontrar nuevos mercados y concebir ideas de negocio, puede que no sean competentes a la hora de llevar la contabilidad o realizar labores de marketing. Así pues, el emprendedor se puede asociar (o contratar) a alguien que sea fuerte en estas áreas, en vez de perder su preciado tiempo intentando mejorar por sí mismo estos puntos débiles.
Evita compararte con los demás
Solo puedes llegar a ser tu mejor versión, no la mejor versión de otra persona. En vez de centrarte en lo que otro puede o no puede hacer y en cómo eso te afecta, aprende a apreciar lo que pueden hacer y cómo puedes obtener
conocimientos de ello. Las comparaciones o te hacen sentir mal porque crees que no eres tan bueno como otro, o simplemente alimentan tu ego cuando ves que puedes hacer algo mejor que otro (y posiblemente esto te lleve a una falsa sensación de seguridad sobre tu propio conocimiento de una materia).
Define tu propio programa de entrenamiento
No puedes llegar a un sitio si no sabes a dónde vas. Si quieres mejorar tus habilidades o aumentar tu pericia en un área, tendrás que planificarlo. Investiga qué cursos tendrás que llevar a cabo y crea un plan que te proporcione el tiempo y la posibilidad de realizarlos. Identifica aquellos
mentores con los que te podrías asociar y prepara un calendario para conseguirlo.
Si consideras asociarte con un mentor, Drucker sugiere contactar con personas que te inspiren o incluso que te intimiden. Dependiendo de la persona, es posible que no puedas ni siquiera ponerte en contacto con ella. Pero si
mantienes unas expectativas razonables y buscas a alguien con quién tengas la oportunidad de reunirte, puede que sea receptiva y adopte el papel de mentor (o al menos tendrás un contacto profesional).
Mide tu progreso
La única manera de distinguir si estás mejorando en algo es medir de forma regular tu progreso con resultados reales. La realización dependerá de lo que quieras medir, pero preferiblemente debería ser algo que puedas presentar de
forma numérica, en vez de depender de la sensación de si estás mejorando o no.
Tener un número como referencia es de vital importancia para mantener en marcha el progreso. Por ejemplo, si tratas de mejorar tu capacidad en ventas, un valor obvio que podrías usar es el incremento de la facturación. Sin importar lo que quieras mejorar, aplica una medida sólida en la que puedas confiar a la hora de evaluar tu progreso.
Siguiendo los consejos de Peter Drucker podrás convertirte en un experto en el campo que hayas elegido: admitiendo la necesidad de mejorar, concentrándote en tus fortalezas, asociándote con otros, evitando las comparaciones y teniendo un plan para la mejora y medida de tu progreso.